
Los nombres
plátano,
banana,
banano,
cambur,
topocho y
guineo hacen referencia a un gran número de
plantas herbáceas del género
Musa, tanto híbridos obtenidos horticulturalmente a partir de las especies silvestres del género
Musa acuminata y
Musa balbisiana como
cultivares genéticamente puros de estas especies. Clasificado originalmente por
Linnaeus como
Musa paradisiaca en
1753, la
especie tipo del género
Musa, estudios posteriores han llevado a la conclusión de que la compleja taxonomía del género incluye numerosos híbridos, de variada composición genética, y se ha desarrollado un sistema estrictamente
sui generis de clasificación para dar cuenta de esta variación. Sin embargo, de acuerdo con las reglas del
Código Internacional de Nomenclatura Botánica, el nombre linneano cuenta con prioridad, y sigue siendo usado —tanto en su forma original como en la modificada
Musa × paradisiaca, que indica que se trata de un híbrido— para designar genéricamente a estas variedades.
El banano no es un
árbol, sino una
megaforbia, una
hierba perenne de gran tamaño. Como las demás especies de
Musa, carece de verdadero
tronco. En su lugar, posee vainas foliares que se desarrollan formando estructuras llamadas
pseudotallos, similares a fustes verticales de hasta 30 cm de diámetro basal que no son
leñosos, y alcanzan los 7 m de altura.
Las
hojas de banana se cuentan entre las más grandes del
reino vegetal. Son lisas, tiernas, oblongas, con el ápice trunco y la base redonda o ligeramente cordiforme, verdes por el haz y más claras y normalmente glaucas por el envés, con los márgenes lisos y las nervaduras pinnadas, amarillentas o verdes. Dispuestas en espiral, se despliegan hasta alcanzar 3 m de largo y 60 cm de ancho; el
pecíolo tiene hasta 60 cm. En las variedades con mayor componente genético de
M. balbisiana éste es cóncavo por la parte superior, con los extremos casi tocándose por encima del canal adaxial. De la genética depende también que sea glabro o pubescente. Las hojas tienden a romperse espontáneamente a lo largo de las nervaduras, dándoles un aspecto desaliñado. Cada planta tiene normalmente entre 5 y 15 hojas, siendo 10 el mínimo para considerarla madura; las hojas viven no más de dos meses, y en los
trópicos se renuevan a razón de una por semana en la temporada de crecimiento.

El elemento perenne es el
rizoma, superficial o subterráneo, que posee
meristemos a partir de los cuales nacen entre 200 y 500 raíces fibrosas, que pueden alcanzar una profundidad de 1,5 m y cubrir 5 m de superficie. Del rizoma también brotan vástagos ("chupones") que reemplazan al tallo principal después de florecer y morir éste. En los ejemplares cultivados sólo se deja normalmente uno para evitar debilitar la planta, pero en estado silvestre aparecen en gran cantidad; son la principal forma de difusión en las variedades estériles, que son la mayoría.
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